
El Ministro de la Felicidad de ese país
budista estuvo de visita en Chile, donde explicó en qué consiste el
Índice de Felicidad Bruta, un indicador que mide la calidad de vida en
términos holísticos y psicológicos.
Recientemente se realizó en Chile el Primer Encuentro de Relaciones
Saludables y Felicidad, que contó con más de 80 expositores de distintos
ámbitos, como psicólogos, economistas, psiquiatras y otros terapeutas,
los que entregaron sus conocimientos en materia de felicidad. Entre
ellos, estuvo presente el Ministro de la Felicidad de Bután, quien
conversó brevemente con revista Somos sobre la experiencia de su país en
este relevante aspecto de la vida.
En Bután, país asiático y budista, el Estado no sólo se preocupa del
bienestar económico de las personas sino que, además, introdujo el
índice de medición de su desarrollo por la Felicidad Nacional Bruta
(FNB). El Ministerio de la Felicidad se ocupa de tomar medidas públicas
para que sus habitantes gocen de una vida con sentido, esto es acciones
como entregar una sana educación, preservar y promover la cultura y las
tradiciones, crear sociedades más sanas, proteger a la familia y
disfrutar del ocio, entre otras.

Dasho Karma Tshiteem, Ministro de la Felicidad de Bután durante su visita a Chile.
-¿Cómo ha afectado al país tener un Ministerio de la Felicidad?
-Antes de crear este ministerio, ya estábamos realizando acciones en
esta dirección, para que la gente tuviese una vida con sentido y de
mejor calidad.
Creo que nuestro tipo de desarrollo es muy diferente al enfoque de
Occidente, porque nosotros ponemos acento en otros aspectos,
preocupándonos del bienestar a través de políticas que derivan en
acciones para alcanzar una sociedad más feliz. Nos interesa que las
personas tengan una vida con sentido. Queremos que la gente trabaje lo
necesario, duerma para descansar, disfrute del ocio y tenga tiempo para
sus familias. Que las personas trabajemos 8 horas diarias, descansemos
también 8 horas y contemos con 8 horas al día también para el ocio.
Nuestra políticas apuntan hacia encontrar un equilibrio, un balance
entre los distintos aspectos de la vida; sin ello, distintas
enfermedades nos afectan y atacan como sociedad, lo cual no nos permite
ser felices.
-¿Considera necesario que los países cuenten con este Ministerio de la Felicidad?
-No sé si es necesario que cada país cuente con este ministerio, pero
sí considero necesario que los países vean y vayan más allá del
desarrollo económico. Deben mirar aspectos como la identidad, la
familia, la cultura, cómo formamos comunidad; esos temas son importantes
porque los estudios señalan que uno es feliz con los otros,
compartiendo. Creo que los gobiernos deben enfocarse en estos aspectos
que nos ayudan a ser más felices y potenciarlos.
Meditación y salud pública
-¿Cuán importante es la práctica espiritual para ser felices?
-En el contexto budista, es muy importante para nuestro bienestar.
Creo que cualquier religión, ya sea católica, musulmana, budista, no
importa cuál, es importante para nuestra felicidad, porque nos otorga un
sentido de vida. Por ejemplo, nosotros en Bután tenemos indicadores
para meditar en cuán beneficiosas son las plegarias en la felicidad de
las personas e incentivamos la práctica de rezar. A quién se le rece
depende de cada uno, no importa. Pero que le hará bien, le hará muy
bien. Rezar ayuda a aliviar el stress, la ansiedad y muchos problemas
psicológicos.
-Cuéntenos sobre la práctica de meditación en los colegios…
-Introdujimos la meditación en todos los colegios de Bután, para
darles a los niños una herramienta eficaz para calmar sus mentes. La
meditación ha resultado una muy buena política de salud pública para
prevenir enfermedades mayores, reducir el stress y ayudar al bienestar
general de las personas. La meditación que enseñamos en los colegios no
tiene nada que ver con la religión. Lo hicimos para inculcar un hábito y
un estilo de vida. De esta manera, los niños pueden lograr los
beneficios de una mayor introspección y concentración, que les permiten
llevar una vida más en paz y feliz.
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