En el aniversario de Lima te invitamos a celebrar en los locales reconocidos por la preparación de este platillo emblema del criollismo.
Lima está para celebrar. Hoy es el aniversario
número 478 de la tierra de la mezcla, del reino de la fusión, del
mestizaje. Hoy veneramos a una ciudad moderna, cruda y dispareja, pero
siempre sabrosa. Por eso este viernes festejamos con uno de sus hijos
más parecidos, uno tan jugoso y mestizo como ella: el lomo saltado, emblema comestible de nuestra tradición.
1. HIKARI
¿Cómo es que el lomo saltado de un restaurante que se autodenomina pollería se convirtió en el gran favorito de la gente? Pues es que el Hikari es mucho más que un lugar que prepara pollos a la brasa. En él se cultiva el sabor casero. La cadena, que fue creada hace unos 30 años, le abrió la puerta a lo criollo y a esa fusión sabrosa que denominamos nikkéi. Pero, ¿cuál es el secreto de este afamado lomo? Este contiene varias características que lo hacen único, como su aderezo a base de ají, sal, orégano seco y vinagre y es flambeado y cocinado a dos tiempos. Cabe mencionar que, aunque tiene varias sedes, la mayor parte de nuestros lectores señala al local ubicado en San Miguel como el gran templo de este platillo con mucho de oriental.
2. LA CASA DE DON CUCHO
Si hay algo por lo que se caracteriza este cocinero sabroso es por saber de comida peruana. Por eso, para nada sorprende que el lomo saltado de La casa de Don Cucho destaque. Bajo la dirección del imparable Don Cucho, este lomo supura seducción, se muestra contundente y maravillosamente campechano y cercano.
3. EL GRIFO
A diferencia de la mayor parte de restaurantes con toques ‘gourmet’, El Grifo no se ancló dentro de los límites de Miraflores, Surco, San Isidro o San Borja. Este local con historia echó raíces en plena Av. Colonial, en el lugar en el que años antes Jana Escudero empezó vendiendo sánguches: en el grifo de su familia. Su lomo es así, tiene historia, pero también agrega novedad, frescura, diferencia. La fama de este lomo con personalidad, junto al de los tallarines con huancaína y lomo, fue creciendo poco a poco, hasta que consiguió volverse un ícono a nivel nacional. Hoy este restaurante tiene otra sede: en el Jockey Plaza.
4. JOSÉ ANTONIO
Elegante y poderoso, así se presenta el lomo saltado de José Antonio. El precio de este distinguido señor no es barato, pero bien vale la pena darle una probada, no por gusto es uno de los más reverenciados de la ciudad. Y es que el arte de su preparación ha venido perfeccionándose desde 1972, cuando el primer local de esta empresa abrió sus puertas.
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El Comercio (Perú)
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