Observando animales invertebrados.
¿Cómo aprenden y qué aprenden los niños?
El gobierno actual de García Pérez, y el gobierno pasado de Toledo Manrique, siguiendo las recetas del FMI y del BM, declaran que para salir de la emergencia educativa en que se encuentra el país es necesario reforzar los aprendizajes en las áreas de Lenguaje y Matemáticas. ¿Y las demás áreas de aprendizaje? Son despreciadas olímpicamente.
Cualquier enfoque pedagógico nos enseñará que si bien las necesidades de hablar, escuchar, escribir y leer son básicas para un aprendizaje eficaz, (¿cómo aprenden los niños?) también no es menos cierto de que se necesitan contenidos que transmitir, de lo contrario estaríamos ante una educación hueca y, por ende, carente de sentido (¿qué aprenden los niños?).
Desde un punto de vista dialéctico la educación debe partir de la vida y debe retornar a la vida. Entonces ¿de dónde debe de partir la educación de los niños? Elemental, de la vida misma, del entorno inmediato, del mundo que nos envuelve, del momento histórico concreto.
¡Dejennos salir!
¿Cómo estudiar el momento histórico concreto?
Debemos de partir del estudio de las ciencias naturales y de las ciencias sociales. Las ciencias naturales son el estudio del Universo y de la Vida en todas sus formas, el estudio de la materia y de sus propiedades. Las ciencias sociales estudian al hombre dentro de las sociedades y las maneras como se organizan y evolucionan estas sociedades, y como las estructuras económicas, políticas, sociales y culturales influyen en los seres humanos.
Entonces debemos de partir del estudio del medio social y natural. En el caso de la educación formal, la que se imparte en las aulas, deberíamos de partir de las áreas de experiencia: Ciencia y Ambiente (ciencias naturales) y Personal Social (ciencias sociales). En base a las experiencias que vivimos en el mundo natural y social surgirá la necesidad de comunicarnos y para ello emplearemos diversos lenguajes o áreas de expresión:
- el lenguaje de las palabras
- el lenguaje de las imágenes
- el lenguaje de las matemáticas
- el lenguaje de las artes plásticas
- el lenguaje de la música
- el lenguaje del cuerpo
Todos estos lenguajes se articulan sí y solo sí tenemos un pensamiento estructurado y disciplinado. La escuela actual (neoliberal y post-moderna) ha olvidado enseñar a los niños el arte de enseñar a pensar con objetividad y de manera multilateral. Y es la enseñanza de las ciencias el medio ideal para enseñar a pensar a los niños con propiedad y coherencia.
¡Genial!
Observar y Clasificar
La conciencia es un reflejo del mundo en que estamos inmersos. El mundo natural y social que nos rodea condiciona la formación de nuestra conciencia. Adquirimos los conocimientos, básicamente a través de los sentidos, el sentido básico es la vista, la observación nos permite captar gran información del entorno, por lo tanto se debe de educar la observación.
La observación llevada a cabo de manera sistemática, organizada (es decir que responsa a un fin, a una intencionalidad) se debe desarrollar en los niños desde la más corta edad. Además todo ser humano, desde que tiene uso de razón clasifica, es decir hacen grupo de objetos que poseen características similares.
Por lo general en las escuelas se introduce a los niños en las nociones de clasificación a través de los bloques de Dienes, los populares bloques lógicos, donde los educando aprenden a reconocer diversas variables en los objetos: forma, color y grosor. Los bloques de Dienes constituyen un magnífico material didáctico estructurado, pero la escuela actual olvida que se puede, y se debe, de realizar actividades de clasificar con los elemnentos del entorno, los ejemplos sobran: las casas y los pisos, los animales de nuestros hogares, alimentos de la comunidad, las gaviotas de la playa, los programas de televisión, los l+apices de colores, etc.
Nosotros observamos y clasificamos animales invertebrados.
¡Miren, miren esto!
Observando animales invertebrados
La enseñanza de los animales, en niños de los siete años en adelante, debe de partir del principio de que todo lo que nos rodea es materia. La materia puede conformar dos tipos de seres: seres vivos y seres no-vivos (o seres inertes), El estudio de los seres vivos nos lleva a estudiar los cinco reino, clasificación de
Luego nos remitimos al estudio del reino de los animales, los cuales, a su vez, se clasifican en vertebrados e invertebrados. Se plantea, por lo general, un dilema en la enseñanza de los animales vertebrados, ya que son numerosas las especies. No obstante en los grados tercero y cuarto he optado por el estudio del principal grupo de invertebrados: los artrópodos. Los artrópodos a su vez se clasifican, básicamente en: insectos, arácnidos y crustáceos.
Llegado a este punto es necesario hacer una aclaración: no se trata de hace clases magistrales sobre los invertebrados y sus taxonomías. Esto aburrirá al niño y, en el mejor de los casos, lograremos que el alumno aprenda listas largas de animales de memoria, en otras palabras: nada de aprendizaje consciente.
Recordemos: se trata de observar y clasificar. Entonces pedimos a los alumnos que traigan insectos. Los alumnos recolectan bichos y los traen al salón en botellas y tapers de plástico. En el aula preparamos gran número de lupas y lentes de aumento para observar a los animales. Observamos diversas variables en los invertebrados, ¿Tiene alas? ¿Tiene antenas? ¿Tienen patas? ¿Cuántas patas tienen? De esta última pregunta resulta una manera sencilla de clasificar a nuestros invertebrados:
- 6 patas = insecto
- 8 patas = arácnido
- 10 patas = crustáceo
Pero hay invertebrados que no tienen patas: los gusanos. Y también existen invertebrados con mucho más de diez patas: los miriapodos. ¿Y dónde clasificamos a las malaguas (medusas)? ¿Y en qué lugar ubicamos a las estrellas de mar y alos erizos? Estas pregunats deberñan partir de la inquietud de los propios niños. Y nosotros no debemos de darles todasd las respuestas, es necesario que ellos investiguen por su propia cuenta. Y al realizar estas actividades estarán haciendo lo mismo que realizó el gran Lamarck.
Por lo visto el esquema que damos no es un concetp de ciencia, no es una verdad inamovible, es solamente un punto de partida para motivar la curiosidad y el asombro de los pequeños hacia las diversas formas que adquiere la vida. Esto nos remite a reconocer que se pueden crear diversas clasificaciones en la naturaleza, más allá de los esquemas que pueda traer el maestro al aula. Finalmente realizamos dibujos de los animales. Advertimos nuevamente que no es clase de dibujo, simplemente buscamos que los alumnos representen a los insectos con otro lenguaje, en este caso con el lenguaje del dibujo.
¡Están el Libertad! ¡Chao, insectos!
¡Y el toque final! Una vez estudiados a los animales los dejamos en libertad. De esta manera las arañas, moscas, cucarachas, orugas, chanchitos, libélulas y lombrices vuelven a su hábitat ¡Hemos restituido el equilibrio de la naturaleza!
Leonardo Sánchez Coello
Profesor de Educación Primaria
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