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lunes, 21 de abril de 2008

Un día de playa (El Colorado - Barranca)

Un día de playa

Leonardo Sánchez Coello
Profesor de Educación Primaria


La sociedad tecnócrata, acelerada y deshumanizante que vivimos TODOS, a inicios del siglo XXI, conlleva profundas, y sutiles, transformaciones en las maneras de pensar.

Por ejemplo, siguiendo los modelos, dudosos, de las teorías cognitivas, el modelo en boga, notamos que toda actividad debe de tener una intencionalidad.

Si hablamos por ejemplo de una visita a la playa, la escuela cognitiva nos trazará un programa de actividades cuidadosamente planificadas para que las visita sea productiva. Es decir hablamos de la producción del aprendizaje, un concepto tomado de la industria, este enfoque de productividad presupone que los niños construyen conocimientos (una mentira que muchos creen como un dogma de la pedagogía) y que los maestros son simples mediadores y facilitadores. Se castra a los maestros y se les relega al rol de simples observadores de cómo sus alumnos construyen, ellos solos sus conocimientos.







Los niños viven en las ciudades (un entorno social) pero desconocen, muchas veces, los entornos naturales de sus localidades. Los paseos y visitas son excelentes medios para que los educando conozcan ambos entornos: el social y el natural.

Este enfoque cae como anillo al dedo a las tendencias neoliberales, que, hoy en día son hegemónicas en el planeta. ¿Por qué? Elemental, si los maestros son simples facilitadores, entonces es bien facil prescindir de ellos. Podemos despedir a los maestros, podemos reemplazarlos por máquinas o cualquier persona, con un manual de psicología cognitiva, puede facilitar la producción de aprendizajes en los niños.

Este enfoque es deshumanizante ¿por qué? Por que tiene una visión técnica de la educación. Se olvida que la pedagogía es ciencia, arte y técnica. Es ciencia por que se parte de premisas objetivas y de leyes, naturales y sociales. Es arte por que requiere cierta dosis de pasión y entrega con una mezcla de creatividad y pensamiento lateral para generar modelos didácticos, es decir enseñar a los niños diferentes maneras y modos de ver, y conceptualizar, el mundo. Es técnica por que, basándose en la ciencia y con un espíritu artístico, la pedagogía es una serie de procesos para que los educandos alcancen una asimilación consciente de su sociedad y su cultura.





El pescador teje sus redes, los escultores crean estatuas de piedra... y el mar crea cuevas en las piedras: actividades sociales y actividades naturales.


La escuela cognitiva de psicología, en plena concordancia con la Pax Económica, que vive el planeta /eufemismo de capialismo salvaje y cruel), centra su interes en los aspectos técnicos, en los procedimientos. Pero, los cognitivos, no expresan una visión del mundo (algo muy adecuado para un mundo donde ya no existen ideologías y se llegó al Fin de la Historia) y, por lo tanto, unos procedimientos o técnicas, por muy espectaculares que nos parezcan, si están desprovistas de alma (la visión del mundo) nada o casi nada podrán lograr en los niños.

Las currículas de los países del mundo, por lo general, ya no parten de dos premisas básicas; la visión del mundo y la visión de la persona. Estos dos puntos son fundamentales, se debe conceptualizar cómo es el mundo actual y cómo deseamos que sea el mundo del mañana. Tenemos que realizar un diagnóstico, objetivo y multilateral, del ser humano en desarrollo (el niño) para formarlo como el futuro hombre que construirá la nueva sociedad. Pero estos elementos filosóficos, antropológicos, sociales y humanos han desaparecido de las currículas, vía recetas del FMI, BM y BID.







Una pregunta ¿por qué algunos niños son reacios a la ducha diaria en sus casas, pero cuando están en grupo, y contentos, realizan dicha actividad con gran placer y sin el menor gesto de disgusto?

Entonces ¿qué hacer?

1. Diagnosticar la sociedad actual y pensar en la sociedad del mañana (visión del mundo). De manera paralela, e interactiva, pensar en el niño de hoy que será el ciudadano del mañana, ciudadano que contribuirá a crear la sociedad del mañana: más justa y solidaria.

2. Retomar, como docentes, un rol más activo en la comunidad. Sólo revitalizaremos la imagen del maestro comprometido cuando semaos lideres sociales en nuestras respectivas comunidades. No nos limitamos a formar personas para el cambio, nosotros también somos el cambio permanenete.

Muy bien, pero estos son procedimientos ¿y, dónde está el alma? Bien, los paseos o visitas a lugares del entorno social y naturla de nuestras localidade son una manera de rescatar el espíritu de las personas, ese espíritu que se ahoga entre el Play Station, el Messenger, las comida chatarra y el individualismo que esta sociedad trata de imponernos, brutalmenet, día a día.

Se trata de ir a la playa (por ejemplo) y, siempre con una planificación elemental y mínima, buscar divertirse ¡y nada más! Los niños, y también los adultos, tenemos necesidad de un tiempo para no hacer nada. Bien no existe la NADA en términos absolutos, pero en este tiempo muerto se consiguen muchísimas cosas, aspectos tan elementales pero tan olvidados.




Un padre inscribe a su hijo en clases de natación, el pequeño practica nueve horas semanales y al poco tiempo se aburre, y hasta puede odiar, la piscina. Es necesario matizar actividades estructuradas con actividaes libres para que los niños simplemnte se diviertan.


Obviamente se deben disponer procesos elementales: movilidad asegurada, permisos escritos de los padres de familia, etc. O sea lo clásico.

También es una magnífca oportunidad para observar, y clasificar, actividaes humanas de actividades naturales, recononimiento y descripción de fauna y flora marina, elaboración de croquis y reconocimiento de puntos cardinales...

Pero ¿y luego? Luego, nada. Y en esta nada se logran muchos puntos:

- Los niños caminan. Debemos caminar, el mundo se vuelve cada vez más sedentario y caminar en la arena es un ejercicio excelente. Niños paran horas y horas frente al televisor o a los videos juegos son futuros obesos.

- Los niños dialogan. A través del diálogo los niños reconocen que las personas tienen diversos modos de pensar, solo así los niños pueden tomar conciencia de si mismo y de los demás. Asimismo es momento propicio de formar grupos de afines y de fortalecer amistades y lealtades. En un mundo lleno de vilencia es, muchas veces, forzozo que los niños permanezcan encerrados en los hogares y las oportunidades de interactuar con sus pares son escasas. ¿Por qué creen ustedes que los niño de las zonas urbanas son más individualistas que los niños de las zonar rurales? La clave está en la frecuencia de contactos que mantienen con otras personas de su entorno.

- Los niños observan. Usted puede decirle a los niños que la playa está contaminada, pero es mejor si el niño ve la cantidad de basura que gente irresponsable deja en el litoral. Usted puede decirle a los niño que los pescadores traen los pescados que comen en sus mesas, pero es mejor que los niños vean los botes y las redes y las carnadas en los anzuelos... Vivimos un mundo cada vez más virtual donde conocemos todo pero sin conocer nada, los documentales de la televisión nos acercan al mundo pero nos alejan de las experiencias concretas, y estas experiencias son fundamentales en los niños. Y es más, nada se puede asimilar de manera consciente sino es a través de la experiencia.




Mamá, antes de acostarme quiero decirte que hoy día he sido muy felíz. ¡Y ya tengo dos nuevas amigas en el salón!

Es necesario, en el mundo actual, planificar las actividades, pero esto no debe ser algo que se aproxime a la histeria. Es necesario dejar que los niños tengan tiempo para estar con sus amigos y también con ellos mismos.

Y le aseguro que al otro día las sesiones tradicionales de enseñanza-aprendizaje serán más placenteras y fructíferas por que usted, si es maestro o padre de familia, havrá desarrollado algo. Habrá estrechado vínculos con los niños.

¿Le parece poco?

Un fuerte abrazo a todos los niños del tercer grado, sección "G" de Los Pelones de Barranca. Y a todos los lectores adultos también. Cuidense.

Leonardo Sánchez Coello