Por lo general me considero una persona bastante optimista. Me
inclino a creer que todo va a salir bien a menos que exista una
abrumadora evidencia de lo contrario. Cualquiera que me conozca les dirá
que no soy propensa a dramatizar. Por eso, cuando digo que la crianza
moderna está en serios problemas – en crisis, incluso – espero que me
escuchen con mucha atención. He trabajado con padres e hijos durante dos décadas, y lo que he visto en los últimos años sin duda me preocupa. A continuación les presento los problemas que, a mí parecer, son los más graves:
1. Miedo de nuestros hijos.
Hay algo a lo que me gusta llamar “la prueba de la taza”. Consiste en observar cómo la madre le sirve una taza de leche a su hijo por la mañana. Si el niño dice, “Quiero la taza rosada, ¡no la azul!” y la madre ya ha servido la leche en la taza azul, observo cuidadosamente para ver la reacción de ella. Muy a menudo, la madre corre a servirle la leche en la taza que el niño prefiera antes de que éste comience una rabieta. ¡Error! ¿A qué le tienes miedo, mamá? ¿Quién es el que está al cargo aquí? Deja que tenga una rabieta y aléjate para no tener que escucharla. Pero por el amor de Dios, no trabajes de más sólo para complacer a tu hija o hijo. Y lo que es más importante aún: piensa en la lección que le enseñas si le das todo lo que quiere sólo porque tiene una rabieta.2. Bajas expectativas
Cuando los niños se portan mal, ya sea en público o en privado, los padres tienden a encogerse de hombros, como diciendo: “Así son los niños.” Les aseguro que no es así. Los niños son capaces de muchas más cosas de las que los padres, por lo general, esperan de ellos. Son capaces de tener buenos modales, respetar a los mayores, cumplir con sus tareas, ser generosos y mostrar autocontrol. ¿No creen que un niño pueda quedarse sentado durante una cena en un restaurante? ¡Claro que sí! ¿No creen que un niño pueda recoger la mesa sin que se lo pidas? ¡Claro que sí! La única razón por la que no se comportan bien es porque no les han mostrado cómo hacerlo, ¡ya que ustedes no esperan que sea así! Es muy simple. Aumenten sus expectativas y sus hijos serán capaz de cumplirlas.3. Perdimos el apoyo del pueblo.
Antes los conductores de autobús, maestros, comerciantes y otros padres tenían carta blanca para corregir a un niño rebelde. Ellos actuaban como los ojos y oídos de la mamá y el papá cuando sus hijos no estaban bajo su supervisión, y todo el mundo trabajaba para un mismo interés común: educar a los niños y niñas de forma apropiada. El pueblo se apoyaba. Ahora, cuando alguien se atreve a corregir a los niños, la mamá y el papá se molestan. Quieren que su hijo parezca perfecto. A menudo no aceptan los informes de los maestros y otras personas estableciendo lo contrario. En lugar de disciplinar a sus hijos por comportarse mal en clases, llegan muy enfadados a halar con el profesor. Sienten la necesidad de proyectar una imagen perfecta al mundo. Por desgracia, su inseguridad se ve reforzada, porque muchos padres sí se juzgan entre si. Si un niño tiene una rabieta, todas las miradas desaprobatorias se dirigen a la mamá. En vez de de eso, se debe mostrar apoyo. Es probable que el berrinche se produjese debido a que ella no estaba cediendo a una de las demandas de su hijo. Esos observadores, en vez de mirar con reproche, deberían estar diciendo: “Buen trabajo. Sabemos que fijar límites es difícil.”4. Depender de los atajos.
Creo que es maravilloso que los padres tengan a su disposición todo tipo de aparatos electrónicos para ayudarles durante los vuelos de avión y las largas esperas en la consulta del médico. Es igualmente maravilloso que podamos comprar comida por internet y calentarla sólo con presionar un botón en el microondas. Los padres de hoy están más ocupados que nunca, y estoy a favor de elegir el camino más fácil cuando sea necesario, los atajos pueden ser una pendiente resbaladiza. Cuando vean lo estupendo que es que Caillou para entretener a sus hijos en un vuelo, no se tienten a ponerlo cuando estén en un restaurante. Los niños tienen que aprender a ser pacientes. Tienen que aprender a entretenerse por sí mismos. Los niños tienen que aprender que no toda la comida sale caliente en tres minutos o menos. Lo ideal sería que también aprendieran a ayudar a prepararla. Los bebés deben aprender a auto-calmarse en lugar de sentarse en una silla vibradora cada vez que andan quisquillosos. Los niños pequeños necesitan levantarse solos cuando se caen en vez de simplemente levantarle los brazos a la mamá y al papá. Muéstrenles a los niños que los atajos pueden ser útiles, pero que existe una gran satisfacción en hacer las cosas por el camino lento también.5. Los padres ponen las necesidades de sus hijos por delante de las suyas.
Naturalmente, los padres están programados para cuidar de sus hijos primero, y ¡esto es algo bueno para la evolución! Soy una defensora de seguir un horario que se adapte a las necesidades de sus hijos, y de acciones como alimentarlos y vestirlos primero. Sin embargo, los padres de hoy en día han llevado esto demasiado lejos. Olvidan completamente sus propias necesidades y salud mental por el bien de sus hijos. Muy a menudo veo a mamás que se levantan de la cama una y otra vez para satisfacer los caprichos de su hijo. O papás que dejan todo para correr a través de un zoológico para compra una bebida, sólo porque el niño tiene sed. No tiene nada de malo no ir a atender a tu hijo cada vez que tiene sed en la noche. Tampoco tiene nada de malo que ese papá del zoológico diga: “cuando pasemos por la siguiente fuente, beberás.” No hay nada malo en usar la palabra “no” de vez en cuando. Tampoco hay nada de malo en pedirles que se entretengan durante unos minutos porque mamá quiere darse un baño o leer revistas.Me temo que si no empezamos pronto a corregir estos cinco graves errores de crianza, los niños que estamos criando crecerán y se convertirán en adultos que sienten que tiene derecho a todo. Personas egoístas, impacientes y groseras. Y no será culpa de ellos, será nuestra. Nunca les enseñamos otra cosa, nunca esperamos más de ellos. Nunca quisimos que sintieran alguna molestia, así que cuando finalmente la sienten, no están preparados para enfrentarlo. Así que POR FAVOR, padres de todo el mundo, pidan más. Esperen más. Compartan sus batallas. Entreguen menos. Enderecen a esos niños y prepárenlos para en el mundo real y no para el mundo sobreprotegido que hemos fabricado para ellos.
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